Un hueco en “Argentina, 1985″

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Zadig España, 17 de octubre de 2022.

 

Muchos son los méritos, artísticos y políticos, de “Argentina, 1985”. La existencia misma de la película, como vector de Memoria ante el lento pero sistemático desgaste del par democracia-derechos humanos fundado en los años de plomo y de la transición, y reimpulsado desde 2003. Traer a primer plano la imprescindible labor de los jóvenes—incluido el propio Moreno Ocampo— que formaron el equipo de Strassera. El tono de la narración, que sabe contrarrestar con porteñísimo humor un fondo luctuoso, que a su vez nunca se desborda hacia el melodrama. Y las actuaciones (¡“Strasserita”!); la voz de Miguel Abuelo, festiva y al tiempo dolida, como aquellos años; el retrato de la familia del fiscal; y más cosas. En definitiva, se trata de una película inteligente y emocionante, valiosa y útil, en especial para las nuevas generaciones, que no vivieron aquellos días.

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