Historia Económica, 14 de octubre de 2024.
Peter Temin, un referente en la historia económica de la Gran Depresión, escribía en 2013 que “la historia económica fue central en el desarrollo de la economía a principios de siglo, pero perdió su posición principal rápidamente después de la Segunda Guerra Mundial, desapareciendo (…) a finales del siglo XX. Enseñé historia económica a estudiantes de posgrado del MIT en economía durante 45 años durante este largo declive y, en consecuencia, mi relato contiene un sesgo autobiográfico”. La queja de Temin es el arrinconamiento de la historia económica para el aprendizaje de los economistas en el Massachusetts Institute of Technology (MIT); de hecho, los estudiantes universitarios pueden tener una idea de la historia económica porque el departamento de historia del MIT tiene esa materia, que puede ser escogida por los alumnos de economía. Pero, dice Temin, los profesores y los estudiantes de posgrado están solos, y urge corregir ese desequilibrio. De entre esos profesores que cita Temin, está Daron Acemoglu, galardonado con el premio Nobel de Economía 2024 junto a sus colegas y coautores James Robinson y Simon Johnson. Los tres, historiadores económicos. Pareciera que el quejido justificado del maestro Temin ha dado algún resultado. Y el MIT, junto a la Universidad de Chicago, protagonizan el galardón.