Levante, 25 de febrero de 2023.
Lo que nos vincula a los que mantenemos el espíritu liberal de Max Weber, seamos cuantos seamos, con la figura de Íñigo Errejón es que nadie como él identifica la jaula de hierro en la que vivimos, esa pesada carga que ha lanzado sobre nuestras espaldas el capitalismo en su fase actual. Nadie como él se ha atrevido a llevar al Parlamento español una descripción de la pesada noche polar que cae sobre los nuevos proletarios del mundo. Como sabemos, lo que constituye la poderosa convergencia del pensamiento de Weber con el de Freud reside en que las descripciones sociológicas del proceso capitalista que elaboró el primero concretan las condiciones de la forma de vida de las multitudes que el segundo llamaba «malestar en la cultura». Errejón lo ha dicho: volvemos a una «época del malestar».