Octubre de 2023.
Las llamadas sociedades nacionales son, en verdad, sociedades estatales. Contra lo que la imaginería nacionalista lleva dos siglos defendiendo- con éxito notable, por cierto- en la mayoría de los casos es el estado el que ha precedido a la nación. Porque la nación, la comunidad nacional basada en una lengua, unas costumbres y una cultura común ha requerido un territorio delimitado, acotado, dentro del cual los que vivían allí han recibido el título de “nacionales”.
No pretendo hacer un repaso a la historia de este Estado conocido como Reino de España pero es preciso recordar que tal denominación con el título de soberanía solo aparece con ocasión de la Constitución de 1812; es entonces cuando la nación sustituye al rey en el título de soberana[1]. Habrá que esperar a la Constitución de la República de 1931 para encontrar de nuevo esa condición soberana-esta vez sin matiz alguno-cuando en el segundo párrafo de su artículo 1º proclama que “los poderes de todos sus órganos (los de la República) emanan del pueblo”.