William D. Hartung
La Asociación Nacional del Rifle (NRA) es global
(Programa de las Américas, 23 de octubre de 2012).

  Este artículo fue escrito antes de la reelección de Obama. El problema que plantea sigue siendo de gran actualidad.



Es difícil de comprender. Después de dos meses y cuatro casos de tiroteos que estuvieron en primer plano – comenzando con las muertes en masa en un cine en Aurora, Colorado – ni Barack Obama o Mitt Romney han dicho una palabra sobre el control de armas.
Existen varias razones por este silencio pero el  más importante entre ellos son tres palabras: La Asociación Nacional del Rifle (NRA). Los políticos estadounidenses han andado con miedo a la NRA por décadas. El ejemplo mas notable fue lo que sucedió durante las elecciones de 1994, cuando miembros claves del congreso perdieron sus escaños luego que votaron por la prohibición de armas de asalto, debido al trabajo que realizaron los cuatro millones de miembros de la NRA.

Existe un problema con este primer ejemplo del poder político del NRA. Es un mito. Los miembros del congreso que se dijo perdieron su escaño en 1994 solo fueron menos de una docena de entre los 34 demócratas titulares que fallaron en ser reelegidos. Estas derrotas fueron parte de la llamada “Revolución Gringrich,”  esa victoria electoral que trajo a una mayoría republicana a la Cámara de Representantes por  primera vez en 50 años, resultando en que Newt Gringrich fuera nombrado líder de ese cuerpo. Existían bastantes asuntos que se combinaron para causar la derrota de los demócratas en 1994- el asunto de las armas era solo uno de ellos. En primer lugar el que propuso la prohibición de armas de asalto fue el Presidente Bill Clinton-quien fue cómodamente reelecto cuando corrió para un segundo termino en 1996.

Pero, sea mito o realidad, la función del  NRA en las elecciones de 1994 ayudaron a cementar su reputación como grupo de presión que ningún político debe oponerse si es que quiere mantener su puesto. También se cree que el NRA y el movimiento pro-armas controlan a los votantes en estados claves. Como en el caso de 1994, este ejemplo probablemente es exagerado, pero de cualquier manera ha puesto el miedo en los corazones de los políticos.

Este es el contexto político en el cual Barack Obama corrió para presidente en el 2008. Aunque la plataforma demócrata de ese año incluyo pocas propuestas sobre control de armas. Obama fue cauteloso en no decir ni una palabra sobre el tema durante la campaña por temor a traer la furia del NRA. De cualquier manera la organización se opuso a él, pero la campaña cree que el NRA tiene menos palanca porque el silencio de sus candidatos sobre el asunto de las armas le dio a la organización menos razón para movilizar su base política.

Obama se mantiene al margen sobre el control de armas durante su primer término como presidente, mientras Mitt Romney ha tomado lo usual la ultra derecha postura republicana de oponerse a cualquier restricción sobre posesión de armas.

Los costos de la falta de voluntad de los políticos de enfrentarse al NRA son inmensos. Solamente en los Estados Unidos en el 2011 mas de 9,000 personas murieron a causa de homicidios provocados por armas de fuego, siendo de todas las razas, clases, y lugares de origen.

Esto es asombroso cuando se considera que el total de las muertes ocurridas en conflictos militares organizados es de 2,000 personas considerado como un caso de guerra mayor. En barrios de ciudades como Chicago han sufrido las grandes consecuencias, ningún lugar ha quedado exento, como evidencia esta el tiroteo en el cine del suburbio de Aurora, Colorado.

La ausencia de regulaciones de armas hace posible  las muertes en masa. El que disparó en Colorado obtuvo su rifle semiautomático de un amigo que lo compró para el de un agente sin licencia en una exhibición de armas. A agentes sin licencia no se les requiere revisar el historial de la persona  antes de la compra para saber si tienen antecedentes criminales o problemas mentales que puedan prevenir el que tengan acceso a una arma. La mujer que compró el arma para el asesino dijo que estaba muy claro para el agente que el asesino estaba muy joven para comprar una arma, quien al final iba a ser el dueño. Una compra todavía más fácil, el asesino compró sus municiones en el internet, sin ningún cuestionamiento.

El daño causado por el NRA  y sus aliados por las ligeras regulaciones sobre armas no se limita a los Estados Unidos. Más del  70% de las armas en México, incluyendo la mayoría de las muertes asociadas al narcotráfico, vienen de los Estados Unidos, o en gran parte porque es tan fácil comprarlas en los Estados Unidos. Las armas producidas en los Estados Unidos se usan para cometer un gran número de crímenes alrededor del mundo. Aun en Japón, donde la tercera parte de las armas se originan en los Estados Unidos.

Tal vez el tristemente  caso de la influencia internacional del NRA   ha sido su rol como bloque para la creación de un Tratado de Comercio Sobre Armas global.

El tratado, que ha sido discutido en largas reuniones en las Naciones Unidas en Nueva York en julio de este año, haría mas difícil para los abusadores de los derechos humanos, terroristas, y naciones agresoras que llegaran a sus manos cualquier tipo de armamento, incluyendo cualquier tipo de armas de asalto, las que comúnmente se utilizan no solo en crímenes pero en guerras civiles en conflictos internos.

Los Estados Unidos han sido unos partidarios tibios del Tratado de Comercio de Armas durante el tiempo de Obama, trabajando en algunas instancias debilitando el tratado haciendo cosas tales como pelear por  excluir el control de las municiones bajo este acuerdo. Pero tal parecía que E.U. iba apoyar, aunque imperfecta, aun útil la versión de un tratado en los días menguados de la reunión en la ONU. Cuando de pronto se retiró el apoyo porque se dijo que el tratado necesitaba mas “estudio” y mas  cuidadosa habilidad. El hecho es que, muchos observadores creen que la administración de Obama se retiró porque temía que el NRA les hiciera la vida difícil si asentía a una medida de control de armas global  en un año de elecciones presidenciales.

Así es que, el cabildeo del NRA no solo ha hecho que más crímenes con armas se cometan, en los E.U. sino que ha ayudado a frustrar los esfuerzos internaciones para controlar los instrumentos de opción en la mayoría de los conflictos de hoy.

Socavar el poder del NRA  requerirá una gran protesta publica que hará que los políticos se den cuenta que existe un precio político que se paga por oponerse al control de armas. Y eso requerirá coraje político de parte del próximo presidente de E.U – o, si Mitt Romney es electo, por los lideres claves en el congreso. Parte de este esfuerzo implicará pinchar el mito del muy poderoso NRA.


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William D.Hartung es el director del Centro Internacional  Proyecto de Armas y Seguridad y colaborador como columnista para el CIP del Programa de las Américas
Traducido por Elena Duran.
Para más información:
El Capitolio de Columbia dice:“Adiós a las Armas”, 3 de abril 2012, CIP Américas