Wilson Mendoza
La Habana. Tres días de diciembre
(La Habana, 12 de Enero de 2015).

10 de diciembre de 2014

Con motivo del aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos se celebra en todo el mundo el Día Internacional de los Derechos Humanos. En Cuba, Las Damas de Blanco (1) pretenden reivindicar la fecha con una marcha desde su sede en la calle Neptuno de La Habana. Para contrarrestar dicha acción, el Partido (el único legal) organiza un festival de música en un parque situado al lado de la casa. Una vez más las Damas no consiguen llegar muy lejos. Según van saliendo del portal las van deteniendo. Algunas cosas están cambiando en Cuba, pero la respuesta represiva ante cualquier disidencia no es una de ellas: un día acabas en la estación de la policía, al día siguiente te dejan manifestarte, al otro te vuelven a detener.

Pero esta estrategia no ha conseguido evitar que a día de hoy las Damas de Blanco, gracias a su actitud valiente y consecuente en su lucha por la democracia, aumenten en número, se hayan extendido a gran parte de las provincias del país y sean mucho más conocidas, habiéndose convertido sin duda en el referente más importante de la oposición.

Como un dato anecdótico, pero en cierta manera representativo: el otro día asistí a un concierto de uno de los actuales grupos de moda, cuyo cantante, para nada conocido por su oposición al régimen, nos comentaba entre canción y canción que él estaba en contra de que repudiasen, insultasen, empujasen y detuvieran a las Damas; que pensaba que la lucha de ideas había que combatirla con ideas y no con golpes. Pienso que esta es la opinión más extendida entre los cubanos; quizás muchos no apoyen a dichas mujeres, pero no por ello están de acuerdo con su represión y esto sin duda acabará dificultándola.

17 de diciembre de 2014

Fecha muy significativa en Cuba, pues se celebra el día de San Lázaro (Babalú Ayé en la religión yoruba). A primeras horas de la mañana empieza a correr el rumor de que Raúl Castro leerá al mediodía por televisión un comunicado. Se comenta que es algo relativo a las relaciones con los Estados Unidos, pero nadie sabe nada más. Como casi siempre, el canal Telesur de la televisión venezolana (la única televisión extranjera que se puede ver legalmente) se adelanta y revela la gran noticia que nadie podía imaginar: después de cincuenta y cuatro años se reanudan las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos de América.

Pero si la noticia en sí ya fue una tremenda sorpresa (por el riguroso secreto con el que se llevaron a cabo las negociaciones), aun más sorprendente y esperanzador fue poder leer al día siguiente en el Granma (órgano del Partido Comunista Cubano) el discurso íntegro de Obama, con frases como las siguientes: “Los Estados Unidos hoy están cambiando sus relaciones con el pueblo cubano. Durante cinco décadas las políticas encaminadas a aislar a la isla han tenido poco impacto, como no sea el de brindarle al Gobierno cubano una justificación para imponer restricciones a su pueblo. […] Es hora de que adoptemos un nuevo enfoque. No podemos seguir haciendo lo mismo y esperar un resultado diferente […]. Tratar de empujar a Cuba hacia un colapso no favorece los intereses del pueblo cubano […]. Exhortamos a Cuba a que ponga fin a las restricciones innecesarias en sus actividades políticas, sociales y económicas. No debemos permitir que las sanciones impuestas por Estados Unidos se añadan a la carga que pesa sobre los ciudadanos cubanos […]”.

A continuación, el Presidente Obama menciona una serie de medidas ya difundidas por todo el mundo que, aunque fuesen las únicas que se realizasen, serían muy positivas. Es un gran logro que en las cárceles cubanas haya cincuenta y tres presos políticos menos, que se inicien los pasos necesarios para facilitar el acceso a internet y para disminuir el desorbitado precio de las comunicaciones telefónicas entre Cuba y el exterior. Y son muy positivas las gestiones anunciadas que posibilitarán las mejores relaciones entre los dos millones de cubanos que viven en Estados Unidos y los once millones que viven en la isla.

Hoy no podemos saber hasta dónde llegarán las conversaciones que se han iniciado entre los dos Gobiernos, ni vislumbrar el alcance de las nuevas medidas que se puedan adoptar, y sobre todo, no hay ninguna seguridad de que Obama pueda convencer (como ha prometido que intentará) al Congreso de los Estados Unidos para que ponga fin a tantos años de bloqueo, lo cual sería otra magnífica noticia.

Lo que sí conocemos son las enormes ilusiones que se han creado. En Miami no tengo certeza, imagino que, salvo unos pocos políticos que prefieren que todo continúe igual, la mayoría de los cubanos estarán muy contentos. Pero los que aún vivimos en la isla esperamos que por fin el esperado cambio llegue, que se acaben las generaciones que ven cómo todo se va deteriorando y cómo los familiares y amigos prefieren abandonar el país en busca de mejores expectativas.

Lo que nunca se ha perdido es el humor y en pocos días ya se escuchan chistes sobre los Mc Donald que pronto llegarán.

28 de diciembre de 2014

Hoy es domingo y desde muy temprano las calles de La Habana se han llenado de carritos de compras para cargar con todo lo que se va a vender por la ciudad. Durante varios días están anunciando por los medios de comunicación que, como una medida más para celebrar el regreso a la patria de los cinco héroes (2), se implementarán varias ferias agrícolas en las cuales se venderán muchos productos que, o bien están perdidos, o bien se podrán adquirir mucho más baratos.

Varias horas más tarde y tras una larga caminata por las distintas ferias los habaneros regresan con sus carritos casi vacíos, y los que compran algo tienen un gran enfado porque una vez más lo prometido no tiene nada que ver con la realidad y una vez más te lo creíste y te han vuelto a engañar.

Lo mismo de lo mismo, es la sensación repetida durante tantos años. Pero si miras las calles de la ciudad, junto a los solares vacíos donde antes hubo casas que se derrumbaron, puedes ver cosas que antes no veías: cafeterías, “inmobiliarias”, casas que por fin se están reformando. Desde que los cubanos podemos comprar y vender nuestras casas e inventar con los negocios particulares, el dinero de los familiares de Miami no ha parado de venir. Muy despacito la ciudad empieza a transformarse (hasta hace poco las únicas obras eran las escasas de la Habana Vieja que financiaban los organismos internacionales). Las necesarias restauraciones para evitar que los edificios se sigan cayendo se empiezan a extender poco a poco por la ciudad, y no solo son con las divisas que vienen del exterior, también algunos de los negocios son propiedad de altos cargos del régimen que se aprovechan de sus posibilidades y quieren estar en una buena posición por si, como parece, algún día las cosas son distintas.

Ya no solo se beneficia el que abandona el país. Ahora el que puede deja de trabajar para el Estado y se cambia a “cuentapropista”, a trabajar como particular, para así poder alcanzar un sueldo por lo menos más digno.

Se vislumbra un tiempo de cambios. Se empiezan a palpar como reales. ¿Hasta dónde llegarán? Es lo mismo que con lo de las relaciones económicas con Estados Unidos: no tenemos idea. Lo que hace falta es que todos los que confiamos en que esas transformaciones  sean para bien no nos llevemos una nueva desilusión.
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(1) Movimiento integrado por mujeres (en su mayoría esposas de presos políticos) que luchan por defender los derechos civiles de dichos familiares.
(2) Se trata de los cinco espías cubanos presos en Estados Unidos, los cuales han sido liberados como parte de los recientes acuerdos.