Yannis Bournous
La responsabilidad histórica de la izquierda griega
Entrevista realizada por Sibylle Kaczorek y Jody Betzien.
(Links (Australia), traducción para www.sinpermiso.info de Vicente Abella Aranda, 6 de enero de 2013).

  Yannis Bournous es uno de los dirigentes de Syriza, miembro del comité central de Synaspismos, la mayor organización que forma parte de Syriza, y su representante en el Comité Ejecutivo del Partido de la Izquierda Europea.


A mediados de octubre, el líder de Syriza Alexis Tsipras participó en una entrevista radiofónica y en aquel momento dijo que “el consorcio de tres partidos que está comenzando a desmoronarse, se derrumbará y el futuro del país será entonces gestionado por fuerzas sanas”. ¿Cuánto le queda a la coalición para desmoronarse?

Bueno, en primer lugar, estamos experimentando un largo período en Grecia en el que no se pueden hacer predicciones con seguridad ni hablar de fechas concretas. Con esta afirmación el líder de Syriza pretendía expresar las reflexiones que nos llegan desde una parte de la sociedad. Incluso aquellos que en junio optaron por apoyar el memorándum, las fuerzas pro-rescate, están ahora dándose cuenta, a través de un proceso lento, de que las promesas pre-electorales de Nueva Democracia y de los otros dos partidos en el gobierno están desmoronándose.

El gobierno de coalición votó a favor del llamado Tercer Memorándum de Entendimiento para Grecia. Éste impuso un nuevo conjunto de medidas de austeridad, que han situado el salario mínimo en el sector privado por debajo de 500 euros al mes. Están destruyendo todos los recursos del actual Estado de bienestar y del sistema de servicios sociales en Grecia para cubrir las necesidades básicas de los ciudadanos.

Es por esto que pudimos ver las nuevas movilizaciones sociales en plena ebullición, a finales de septiembre, con las primeras huelgas generales. Hay una fuerte voluntad por parte de un sector cada vez mayor de la sociedad de derrocar estas políticas de super-austeridad.

También Syriza declaró oficialmente que estaba luchando para que este gobierno renunciara a seguir gobernando. Lo estamos haciendo a dos niveles. El primero es el nivel parlamentario: en estos momentos somos el principal partido de la oposición, esto significa que por un lado estamos haciendo todo lo posible por bloquear las reaccionarias medidas de super-austeridad y al mismo tiempo estamos proponiendo alternativas. Así, por ejemplo, Syriza ya ha propuesto un nuevo paquete de leyes que afectan a las familias sobre-endeudadas y a la forma de liberar a tales familias de la inmensa carga de los préstamos que tienen contraídos con los bancos privados. Además estamos siguiendo la misma pauta con las pequeñas y medianas empresas que se encuentran en igual situación de sobre-endeudamiento, pues ellos son la espina dorsal de la economía tradicional griega. Estos han estado derrumbándose desde el primer programa de austeridad hace dos años.

Sin embargo, por otro lado, también estamos tratando de avivar la llama en el ámbito de las luchas sociales. Desde el primer momento en que Syriza surgió como posible candidato al gobierno, hemos declarado con firmeza que aunque ganáramos las elecciones y consiguiéramos establecer aquello que llamamos un gobierno de izquierdas, un gobierno anti-Memorándum, tal gobierno, incluso con un alto porcentaje de votos, no sería capaz de implementar cambios verdaderamente profundos en la economía griega sin un fuerte apoyo popular.

Esto quiere decir que no buscamos reproducir el Estado clientelista del sistema político que hemos padecido durante los últimos 35 años desde la caída de la dictadura, sino una nueva relación con la sociedad. Es uno de los grandes interrogantes que se nos plantea.

¿Quiénes son las fuerzas sanas a las que aludes?

Pienso que de las dos elecciones consecutivas de mayo y junio, todas las fuerzas políticas recibieron un mensaje nuevo.

Los programas de super-austeridad que PASOK y Nueva Democracia impusieron con los últimos tres gabinetes deterioraron las condiciones de muchos estratos sociales, muchas clases sociales. Esto condujo a una ruptura histórica del vínculo entre los dos partidos del anterior bi-partidismo, Nueva Democracia y PASOK, que habían instaurado lo que llamamos voto pendular, con las clases medias y bajas de la sociedad griega.

Las mismas fuerzas sociales que habían ayudado a estos dos partidos a obtener mayoría absoluta durante los últimos 30 años, alternando sus posiciones entre gobierno y principal oposición.

Por tanto nos hallamos ante un escenario político completamente nuevo en estos momentos.

El modelo social democrático griego está derrumbándose. En el caso de PASOK, ha caído ahora al 5 o 6% en las encuestas de opinión. Además, a pesar de que Nueva Democracia ganó las elecciones, lo hizo con el peor resultado electoral de su historia. Esto implica una liberación de las fuerzas sociales.

Por tanto, lo que pretendemos con nuestro proyecto de gobierno alternativo, es una nueva conexión entre estas fuerzas sociales liberadas, emancipadas. Todo ello sin importarnos a quién votaban en el pasado.

En numerosas ocasiones los representantes de Syriza han argumentado que abandonar la eurozona podría destrozar la economía griega. ¿Cómo responderías a la crítica por parte de algunos integrantes de la izquierda griega que afirman que abandonar el Euro es un posicionamiento mucho más radical?

El eslogan fundamental de Syriza es “no más sacrificios por el Euro”. Lo que se ha demostrado claramente con los últimos eventos a nivel europeo es que nunca hubo una amenaza real de salida de Grecia — lo que llaman una “salida GR”.

Esto ha sido utilizado como argumento para chantajear al electorado griego, por un lado, y por otro como argumento para convencer a los contribuyentes de los demás países europeos de que las contribuciones a través de los llamados mecanismos de apoyo, que son en realidad contribuciones para rescatar a los ladrones de los bancos privados, se emplean con objeto de evitar un desmantelamiento de la eurozona.

Al mismo tiempo, dijeron a los ciudadanos griegos a través de los principales medios de comunicación que la salida GR no resultaría un problema para Alemania o para el resto de la eurozona, pero provocaría la destrucción de la sociedad y la economía griega. No ha sido más que una enorme campaña de difamación y nuestra respuesta ha sido que un gobierno de izquierdas haría cualquier cosa en sus manos para proteger los intereses sociales.

Cuando uno trata de responder a una pregunta equivocada, por muy correcta que pueda parecer la respuesta, sigue siendo la respuesta a una pregunta equivocada. Por tanto no se trata del desmantelamiento de la eurozona: nunca ha existido tal problema. Puede que algunos democratas-cristianos fundamentalistas y neoliberales de Bavaria o de Finlandia o de Holanda que hayan apoyado dicha idea, pero han sido grupos marginales desde el comienzo y jamás han significado una amenaza real.

No obstante, el llamado criticismo de la izquierda no contempla nuestra postura contra la salida GR o la disolución de la eurozona. Este criticismo de la izquierda, que apoya la vuelta al Drachma (antigua moneda griega), es en verdad un enfoque keynesiano.

Explicaré brevemente por qué. La teoría que subyace al llamado posicionamiento de la izquierda para salir de la moneda única propone que salgamos del euro, volvamos a la moneda nacional y consecuentemente provoquemos una devaluación de la moneda nacional.

En primer lugar, esto conduciría a un mayor deterioro de los salarios y las pensiones.
Más adelante (continúa diciendo la teoría) podríamos ser más competitivos en las exportaciones y con ello los grandes exportadores, que se beneficiarían de las exportaciones, mágicamente distribuirían su riqueza.

Esto es 100% puro keynesianismo, no tiene nada que ver con una postura radical en torno a la cuestión de la existencia y las funciones de la eurozona y de las economías, y en verdad responde a una pregunta equivocada. Le sigue el juego al enemigo al situar la moneda como principal actor.

Lo que queremos no es cambiar la moneda sino las relaciones sociales y la distribución de poderes que esta moneda representa.

Es por ello que no llamamos a la lucha únicamente a nivel nacional. Sabemos que el nivel nacional es fundamental para la lucha de clase; sin embargo, por otro lado, reconocemos que aunque ganáramos en Grecia y consiguiéramos establecer un gobierno de izquierdas, si no experimentamos cambios graduales en la distribución de poderes o en las relaciones entre fuerzas, al menos a nivel europeo, tal gobierno quedará simplemente como “una aldea gala” (es decir, aislado).

Supondría una ruptura histórica, ya que habría un gobierno que repentinamente opondría resistencia al proyecto autoritario neoliberal. Hemos estado llamando a la formación de un frente europeo de resistencia. Por ello, para nosotros, las movilizaciones europeas del 14 de noviembre fueron cruciales. En mi opinión, se produjo un adelanto importantísimo para todos los movimientos sociales en Europa.

Creo que el movimiento de los squares (movimiento occupy) ha creado un suelo fértil donde desarrollar un nuevo tipo de internacionalismo en las luchas sociales. Incluso los sindicatos reformistas están ahora movilizándose en esta dirección. Esto, para nosotros, es crucial puesto que sin coordinación y sin una resistencia europea masiva se pueden alcanzar meros objetivos iniciales pero no proceder con cambios más profundos.

También se ha criticado a Syriza desde la izquierda por llamar a una renegociación de la deuda griega en vez de rechazar su pago. ¿Podrías explicar la postura de Syriza al respecto?

La cuestión de la deuda, creemos, es en principio una cuestión política y no una cuestión técnica. La deuda se ha utilizado como excusa para imponer los programas de austeridad. Grecia ha tenido problemas con la deuda igual que tantos otros países europeos durante muchos años. Inclusive Alemania tiene una deuda pública que excede los criterios del pacto de estabilidad.

Así que creemos que para un problema político hay que buscar una solución política. Lo que hemos dicho desde el principio de la crisis es que ésta no es sólo un problema griego. Es producto de una crisis estructural europea proveniente de la forma en que la UE y la eurozona fueron construidas.

Por ello hemos insistido en que no puede proporcionarse una solución nacional a un problema europeo. Entonces lo que hemos propuesto, junto a otras fuerzas de la Izquierda Europea, es un acuerdo europeo sobre la crisis de deuda pública que incluya a todos los Estados europeos sobre-endeudados. Seguiría el modelo que se acordó para Alemania en 1953 tras la Segunda Guerra Mundial.

Éste incluye dos cuestiones: una es la abolición de una gran parte de la deuda. Hemos estado proponiendo una auditoría para ver qué tipo de deuda tenemos: qué parte proviene de la corrupción o de las tasas de interés especulativas del pasado, o cosas por el estilo.

Al mismo tiempo, debemos proteger a algunos pequeños inversores, como las familias que han dedicado los ahorros de su vida a comprar bonos del Estado o los fondos de la seguridad social que poseen bonos del Estado. Estos se encontraban desprotegidos en el llamado “corte de pelo” de la deuda griega del año pasado.

Los primeros que fueron destruidos fueron los de las pequeñas familias, los fondos de la seguridad social griega. Lo mismo ocurrió con las universidades griegas, que casi acabaron en bancarrota debido al “corte de pelo”. Por esto decimos que nuestro programa y nuestra estrategia está orientada a las clases sociales. Debemos proteger a aquellos que no provocaron la crisis y castigar a quienes sí lo hicieron.

Al mismo tiempo, llamamos a la optimización de las condiciones de repago del resto de la deuda, de nuevo siguiendo las pautas del acuerdo de Alemania en 1953. Esto implica la precondición de crecimiento. Los años en que nuestro país aparece con una tasa de crecimiento positivo cancelaríamos la deuda. Aquellos en que sufrimos una recesión profunda, como ahora que estamos en el sexto año consecutivo de recesión, no la cancelaríamos.

No hace falta ser economista para entenderlo. Si sufrimos recesión y al mismo tiempo hemos de pagar intereses y el capital de las deudas y también encontrar dinero para inversiones públicas con objeto de fomentar la creación de puestos de trabajo, se convierte al final en una tarea imposible. Así que tenemos que tomar una decisión. Si queremos salvar a Europa en conjunto hay tomar ciertas decisiones. La nuestra es la de defender y fomentar las políticas que puedan hacer que Europa salga de la recesión: creación de empleo, inversiones públicas, control social de empresas estratégicas (sector bancario, energético, del transporte, etc.) y al mismo tiempo asegurar los servicios sociales básicos, etc.

Sin embargo esto no es suficiente, por supuesto, puesto que sabemos que la crisis es estructural. Afirmamos que los tratados europeos que se han votado hasta ahora han llevado a la UE al punto en que nos encontramos. Necesitamos un cambio radical en los tratados y necesitamos un cambio fundamental en los estatutos del Banco Central Europeo, de forma que se convierta en un prestamista de último recurso, que ofrezca préstamos directos a los Estados sobre-endeudados, con una tasa de interés muy baja, tal y como lo hace con los bancos privados.

El Partido de la Izquierda Europea propuso de manera oficial la creación de un banco público europeo con fines de desarrollo social y ecológico. Este banco financiaría directamente con un interés nulo o muy bajo únicamente inversiones públicas dirigidas a proyectos de desarrollo ecológico sostenible y de creación de empleo.

Se ha citado a Tsipras diciendo: “La austeridad ha fracasado no porque no haya sido puesta en práctica sino precisamente porque ha sido impuesta”. ¿Cuál es la alternativa de Syriza a la austeridad?

Sabemos que ésta es la primera vez en nuestra historia en que la propia sociedad nos obliga a buscar alternativas concretas para “el día siguiente”. Esto representa un cambio de papeles para un partido de izquierdas en Grecia.

La cuestión es crucial. Existe la necesidad imperiosa de encontrar fondos si queremos establecer un gobierno de izquierdas. Esto implica, por ejemplo, que una de las propuestas habría de ser un impuesto extraordinario, un impuesto inmediato sobre los grandes capitales, las grandes compañías y los ricos.

Al mismo tiempo necesitamos una estrategia rápida y eficiente de cambio en el sistema de impuestos de Grecia, un sistema que en realidad va en contra de la constitución griega. La constitución dice que los impuestos en Grecia deben ser progresivos: cada ciudadano debe contribuir según sus posibilidades.

A pesar de ello, en un período en el que Grecia experimenta su sexto año de recesión, el anterior primer ministro de PASOK George Papandreou disminuyó el impuesto anual sobre los beneficios de las grandes empresas. Lo hizo al mismo tiempo que se recortaban los salarios de los trabajadores y se degradaban sus condiciones de trabajo.

Leí hace poco un informe oficial que decía que en los últimos dos años de recesión el beneficio de las 500 empresas más grandes de Grecia había incrementado un 19%. Este dato demuestra que hay algo que debe cambiar.

Así que uno de los objetivos básicos ha de ser que paguen los ricos y no los pobres, puesto que las clases medias y bajas ya no pueden contribuir más. Han perdido sus trabajos y sus hogares. En Atenas existen unas 25.000 personas sin techo. El número de suicidios debidos a estragos personales ha incrementado de forma desorbitada. Todo ello demuestra claramente que tenemos que proceder con una política radicalmente distinta en términos de ingresos estatales.

Hace falta un acuerdo para recaudar impuestos sobre la fortuna de bienes inmuebles de la iglesia, pues ésta es la mayor propietaria de bienes inmuebles en Grecia. Hace falta un acuerdo para recaudar impuestos de los grandes propietarios de barcos. Éstos poseen la segunda mayor flota comercial del mundo y son evasores fiscales oficiales debido a las 70-75 exenciones de que gozan a causa de las decisiones de los anteriores gobiernos.

Si no buscamos soluciones orientadas a las clases sociales jamás saldremos de la trágica condición en que se encuentra la economía griega hoy.

El partido fascista Amanecer Dorado posee un 13% de apoyo según las encuestas. Se ha comparado con el auge del fascismo en Alemania en los años 30. ¿Cómo responde Syriza a esta situación?

El auge de Amanecer Dorado es un fenómeno complejo. No puede explicarse simplemente diciendo que 500.000 votantes griegos se volvieron fascistas de la noche a la mañana.

Amanecer Dorado nació como una solución radical anti-sistema. Es por ello que, por ejemplo, muchos jóvenes acabaron votándoles. El suelo fértil para germinar las ideas neo-fascistas incipientes lo creó en primer lugar el gobierno PASOK con una retórica racista y xenófoba insertada en el discurso político dominante.

Los ciudadanos se acostumbraron a conceptos xenófobos emitidos por un gobierno “socialista”. Resulta entonces fácil, si se combina una crisis general de representación política con el rechazo de lo que la gente ve como un sistema político en conjunto, darse a soluciones como ésta.

Amanecer Dorado se compone de una red compleja, son “nacional-socialistas” en lo que respecta a ciertos aspectos de la economía. Ellos proponen la nacionalización de los bancos. Sin embargo, al mismo tiempo, resultan verdaderamente contradictorios. En sus discursos oficiales en el parlamento, han exigido al gobierno que no implemente los nuevos impuestos a los propietarios de los barcos porque, dicen, son también “patriotas que pueden ayudar a nuestro país”.

Ahora sabemos que han estado trabajando y ampliando su influencia en los gimnasios, clubes de fútbol “ultras”, entre guardas de seguridad de clubes nocturnos y en los escuadrones de las fuerzas armadas especiales. En este sentido podemos decir que están involucrados en actividades criminales, y no sólo por sus ataques violentos y asesinos.
Por tanto se trata de una red compleja a la que no resulta fácil de enfrentarse ni disolver.

También se muestran tremendamente hostiles a las luchas de los trabajadores. Por ejemplo, el año pasado hubo una gran huelga de los trabajadores del acero en Halyvourgia.

Amanecer Dorado estaba en contra de la huelga pero en un momento dado cambiaron de postura y llevaron comida a los huelguistas en Atenas; por otro lado se declaraban oficialmente en contra y en una fábrica llegaron a amenazar a los trabajadores para que volvieran a sus casas.

Amanecer Dorado es producto de la crisis capitalista y al mismo tiempo se presenta como una fuerza anti-sistema, aunque en realidad no lo sea.

¿Qué hemos hecho nosotros al respecto? Pues un problema complejo requiere una estrategia multi-dimensional. No pensamos la solución radique en, por ejemplo, lo que proponen algunos anarquistas de crear escuadrones de choque y batallar contra ellos cada noche.

Lo que hemos tratado de hacer es crear diversos comités anti-fascistas en, por ejemplo, las escuelas, colaborando con los sindicatos de profesores o en los vecindarios, especialmente en Atenas donde el problema es mayor. Además en los vecindarios hemos colaborado con ciudadanos que son artistas o intelectuales, de forma que participamos en eventos culturales, intentando fomentar otro tipo de cultura.

Sabemos que un aspecto verdaderamente importante son las redes de solidaridad que hemos creado en estos vecindarios. Éstas no sólo resultan cruciales para la supervivencia de los ciudadanos, a quienes se ayuda a través de las redes, sino también para la inserción de otro tipo de organización social basada en la solidaridad. Y es que los nazis cuentan con el miedo, con el aislamiento de la gente, con el miedo a la criminalidad, con el miedo a pasar hambre y asuntos por el estilo.

Lo que intentamos hacer es fomentar una forma colectiva de enfrentarnos a los problemas sociales y esto significa trabajar en conjunto con el vecino inmigrante. No se trata de filantropía, no es una relación vertical, no es un juego de poder entre uno que tiene y que ofrece y otro que no tiene nada y depende de la persona que está por encima de él.
Hablamos de un tipo de relación horizontal. En nuestras redes de solidaridad, aparte de las ofertas de alimentos y vestimentas gratuitos, las relaciones se basan en la noción de intercambio sin la mediación del dinero.

Intercambio de bienes pero también intercambio de servicios. Si el vecino inmigrante ha trabajado en la industria de la construcción y ahora está desempleado, puede venir a pintar tu casa y a cambio puedes ofrecerle una garrafa de aceite de oliva o unas clases de tutoría para sus hijos.

Se trata de reflexiones que se refieren a cuestiones más estratégicas. Pues si se habla de una visión del socialismo en libertad y democracia, debemos fomentar un modelo de sociedad tal mediante la apertura de pequeñas puertas como estas.

No deseamos apropiarnos del papel de los servicios estatales. Esto se lo decimos claramente a la gente que participa en las redes de solidaridad: no estamos remplazando a un hospital al crear un centro local de salud voluntario . Tratamos de ayudar a los demás a sobrevivir de manera colectiva, pero al mismo tiempo animamos a la gente a exigir de forma colectiva la satisfacción de sus necesidades básicas.

También es un arma contra el fascismo, ya que se basa en una respuesta colectiva, una respuesta anti-racista y cultural al concepto que Amanecer Dorado emplea para ganar fuerza.

Se ha acusado a los fascistas de tener vínculos con las fuerzas de la policía, ¿podrías comentar algo al respecto?

Tenemos evidencias, no son simples acusaciones. Han ocurrido repetidos incidentes, no sólo de tolerancia por parte de la policía antidisturbios con los fascistas en los enfrentamientos a los anti-fascistas, sino también en las manifestaciones. Existen numerosas evidencias de que los policías que van en motocicleta llevan en las traseras de sus cascos insignias con símbolos de la antigua Grecia empleados por los nazis, así como símbolos monárquicos, etc.

Observamos repetidamente incidentes de violencia racista en los departamentos de la policía. Ha habido una denuncia internacional de dichos incidentes por parte de Amnistía Internacional. En uno de los casos ocurrió que, cuando un grupo de manifestantes anti-fascistas se enfrentaron a miembros de Amanecer Dorado, 15 de los anti-fascistas fueron arrestados y torturados. The Guardian publicó un artículo sobre esto y sobre el uso de pistolas de electrochoque y otras tácticas de represión.

La respuesta del Ministro de Protección Ciudadana, como se llama en Grecia, fue decir públicamente que demandaría a The Guardian por esta desinformación.
También ocurrió otro incidente en dos regiones de Grecia: miembros parlamentarios de Amanecer Dorado tomaron parte en varios ataques a vendedores inmigrantes en mercadillos, destruyeron sus puestos y los echaron. Existen evidencias de que en uno de aquellos ataques, en la ciudad de Messologi, varios policías vestidos de paisano estaban presentes entre los miembros de Amanecer Dorado.

Ha habido una petición de investigación al respecto, pero ya estamos acostumbrados al cese de este tipo de expedientes.
Además, hubo un sondeo tras las elecciones que mostraba que en varias estaciones de sondeo concretas de Atenas, cercanas a los departamentos centrales de policía, se había producido una estimación de que al rededor del 50% de los policías allí censados votaron a favor de amanecer Dorado.

Todo esto viene reforzado por la teoría de los “dos extremos” que están utilizando peligrosamente todos los partidos del gobierno — por desgracia, inclusive Izquierda Democrática. Se trata un esquema con dos polos: por un lado Amanecer Dorado y por el otro Syriza y cualquiera que se manifieste y se resista.

El gobierno no sólo emplea esta retórica, sino que también ha tomado claramente su posición entre los dos extremos. Las declaraciones del Ministro de Protección Ciudadana han resultado verdaderamente provocativas.

El otro peligro viene de que este discurso se repite con frecuencia entre los partidos de izquierdas. Por ejemplo, el secretario general del Partido Comunista de Grecia (KKE), tras las elecciones de junio, declaró en una entrevista que no debíamos temer a Amanecer Dorado, puesto que ahora que están en el parlamento llevarán trajes y corbatas y se adaptarán al sistema.

Es un error terrible. Lo es porque la historia ha probado amargamente que cuando las instituciones entran en contacto con el fascismo son éstas las que se adaptan a él y no vice versa. Nosotros hemos rechazado dicho argumento desde el comienzo del período pre-electoral. Dijimos que aunque el ciudadano no esté de acuerdo con Syriza, aunque piense que estamos completamente en contra de sus intereses, nunca debe votar por Amanecer Dorado. Este es el mensaje que claramente hemos transmitido a través de nuestros candidatos y nuestro líder. Hemos sido el único partido que ha subrayado esta postura.

Según una encuesta de opinión reciente, Syriza es el partido con mayor apoyo. ¿Cuándo prevé Syriza unas nuevas elecciones? ¿Habrá elecciones anticipadas?

Volvemos de alguna forma a la primera pregunta. No somos un oráculo. Hablando en serio, para nosotros todo depende de la disponibilidad social y de la organización de los movimientos de resistencia. Si hay ciudadanos activamente presentes, presionando al gobierno, podremos ver cambios políticos rápidos. En ausencia de tales movilizaciones, no veremos cambios y esta gente se mantendrá en el poder durante mucho tiempo.
Oficialmente hemos declarado que nuestro objetivo político en estos momentos es hacer que el actual gobierno cese, pero esto sólo puede ocurrir mediante la presión social. Sea cuando sea, nosotros estaremos allí para mostrar que estamos preparados para asumir nuestra responsabilidad histórica.

En torno a mayo del año que viene el congreso fundador oficial de Syriza será un nuevo partido unificado multi-tendencia. ¿Está Syriza preparándose para las elecciones?

Desde las elecciones de junio, los miembros de Syriza han estado en una actitud constante de período pre-electoral. Para nosotros esto significa formar parte del movimiento de resistencia y no sólo organizarnos para campañas electorales. Fue la presión social la que expulsó a dos gobiernos e impuso las elecciones.

Esto es lo que tratamos de fomentar en estos momentos. Tras agradecer al 27% del electorado el haber otorgado a Syriza una responsabilidad tan grande, el día después de las elecciones de junio, expusimos con claridad que en términos organizativos Syriza era un partido del 4%. Necesitamos crecer y desarrollarnos de forma que podamos construir un partido de izquierdas abierto, inclusivo, democrático y radical. No sólo abarcar el 27% que ya nos ha votado, sino ampliar el abanico de nuestra apelación.

Esto implica las mencionadas alianzas sociales a las que hemos apoyado últimamente. Para nosotros representa un gran reto el ver si somos capaces de transformar a Syriza en un sujeto político mucho más coherente.

Estamos experimentando un período histórico en el que el modelo de partidos de “unidad ideológica” ha fracasado. Tal fracaso se ha visto aún más claro tras las elecciones en Grecia, en las que el dogmatismo monolítico y el sectarismo del Partido Comunista lo han conducido a la marginación política y electoral.

Creemos en la unidad política y en la unidad de necesidades sociales. Es lo que tratamos de construir en estos momentos.
Los primeros síntomas de este período preparativo son positivos. Syriza casi ha triplicado el número de afiliados desde las elecciones: ahora sobrepasamos los 30.000 y vamos en camino de 40.000. De momento no es demasiado, pero sí es significativo. Es el mayor número de afiliados en un partido de izquierdas, a la izquierda de la social-democracia, que ha visto Grecia en los últimos 20 años.

El análisis cualitativo de los nuevos miembros que se han unido a Syriza demuestra claramente que está habiendo una ampliación de la disponibilidad social a entrar en contacto con las ideas de la izquierda plural y radical. Este es el objetivo básico para el próximo período. Nos dirigimos a ciudadanos de todas las procedencias políticas. creemos que éste es un período histórico en el que podemos encontrarnos con gente de todo el espectro político en base a la protección de las necesidades sociales. Por supuesto esto no incluye a la extrema derecha.

Poco a poco nos provee de optimismo y fuerza para continuar la unificación, el proceso de transición y transformación de Syriza en el próximo período hasta el nuevo congreso fundacional.

De igual manera vemos signos positivos parecidos en las elecciones de los sindicatos de distintos sectores: las listas de las fuerzas de unidad de la izquierda que estamos intentando crear están progresando. Todo esto nos parece muy importante puesto que uno de nuestros principales objetivos es convencer a la gente de que el modelo de sindicato tradicional de la última década — el que incluye corrupción, burocracia y conservadurismo — debe cambiar.

La única forma de cambiar es apoyar a las fuerzas que proponen un plan alternativo a lo que actualmente significa el sindicalismo. ¿Cómo se podría, por ejemplo, integrar en el sindicalismo a la fuerza de trabajo en condiciones precarias, una fuerza enorme en Grecia hoy en día pero que los sindicatos no contemplan?

Los signos son positivos y creemos que en este período de transición hasta el congreso re-fundacional a finales de mayo o principios de junio seremos capaces de ampliar nuestra influencia.