(El País, 11 de marzo de 2019).
Desde los atentados del 11-M el yidahismo se ha mostrado oscilante
en sus niveles de movilización y de amenaza y en los próximos quince
años no va a desaparecer y sus manifestaciones mutarán.
En la evolución del yihadismo global y de la amenaza del terrorismo yihadista en
España, quince años después del 11-M, se distinguen dos periodos. Uno hasta 2011, año
en que, mientras la inestabilidad se extendía por el norte de África y Oriente Próximo,
fue abatido Osama Bin Laden, fundador y líder de Al Qaeda, para entonces estructura
descentralizada y no organización unitaria. Otro desde 2012, cuando se desencadenó la
guerra en Siria, en el curso de la cual se configuró Estado Islámico (EI) como nueva
matriz del yihadismo global que promovió una insólita movilización yihadista en
Europa occcidental.