elDiario.es, 30 de octubre de 2024.
La Generalitat avisó en una cuenta de Twitter a las 12.20 del martes de peligros de desbordamientos, pero el centro de mando se montó a las 17.00 horas y la alerta de móvil a la ciudadanía se lanzó pasadas las 20.00, cuando ya había anochecido. La devastación que sucedió en pocos minutos traumatiza a una provincia aún incrédula sobre cómo pudo pasar.
Miguel Ángel conducía el martes por la tarde su coche en el puente de Picanya, uno de los puntos negros de la peor inundación que ha vivido la Comunitat Valenciana, cuando vio que algo iba mal. Un atasco y una riada discurriendo por el asfalto: “Eran las 19.15 y diez minutos más tarde, sobre las 19.25, el coche ya flotaba. Tuve que abrir la ventanilla para sacar la cabeza porque el agua me llegaba casi al pecho. Me puse el movil sujeto arriba para poder comunicarme. A las ocho y pico, cuando estaba una hora con el agua al cuello y tragando fango, me suena la alerta de protección civil”, cuenta entre el sarcasmo y la rabia desde las calles de una localidad que ya no reconoce: “Parece que haya pasado un tifón o un tsunami, no sé ni en qué calle estoy”.