31 de julio de 2017.
INTRODUCCIÓN
La Declaración Universal de Derechos Humanos, firmada en París
el 10 de diciembre de 1948, buscó enfrentar los grandes males
que en las décadas anteriores conoció la humanidad. Como nunca
antes, se manifestaron e hicieron visibles las posibilidades de destrucción
de los seres humanos mediante la utilización del Estado
y sus poderes políticos y jurídicos. La Declaración buscó eliminar tales
atrocidades mediante la reafirmación de la dignidad de todas
las personas a partir del reconocimiento de derechos postulados
como innatos. Un generoso listado de ellos quedó establecido
en la Declaración. A partir de entonces, conjuntamente con otros
instrumentos internacionales, se buscó alcanzar el mismo objetivo.
Todos estos ordenamientos buscaban evitar la instrumentalización
de los seres humanos y dotarlos de amplias posibilidades para construir
su existencia. Pensar, crear, elegir y ser quisieron garantizarse
con derechos particulares susceptibles de enfrentarse a las
administraciones públicas, identificadas entonces como causa
de grandes males.