El Salto, 27 de octubre de 2022.
Asistimos en nuestro país a un agrio debate feminista sobre sexo, género y sexualidad como placer y/o peligro para las mujeres, centrado en el trabajo sexual, pero no solo, también en torno a la transexualidad, la pornografía y los derechos de reproducción y el aborto, en el ámbito político y en el seno de un gobierno de coalición autodenominado el gobierno más progresista y feminista de nuestra historia, cuyas discrepancias al respecto han llevado al bloqueo parlamentario de los sucesivos proyectos de ley del Ministerio de Igualdad, desde la llamada Ley Trans hasta la conocida como Ley Abolicionista socialista, cuyo pase a trámite en el Congreso ha requerido los votos conservadores del Partido Popular (PP), rompiéndose el bloque de quienes daban soporte a ese gobierno progresista y feminista de coalición.