infolibre.es, 12 junio 2018
- El Observatorio de la Sostenibilidad presentó este martes su informe sobre el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en España
- La situación es preocupante, pero hay dinámicas positivas y ganas de trabajar desde organizaciones, entidades locales y Gobiernos regionales
- España solo aprueba en tres de las 17 metas y su posición en los ítems de pobreza, trabajo y desigualdad es muy bajo en comparación con Europa
«En los 70, Aurelio Peccei se unió a grandes personajes de la época y nos advirtió de los límites del crecimiento. A ver si dejamos de hablar de PIB para medir el desarrollo». Estas palabras de Federico Mayor Zaragoza, ex director general de la Unesco, aludiendo a los orígenes del Club de Roma para entender mejor el presente sirvieron de pistoletazo de salida este martes para la presentación del informe Sostenibilidad de España 2018, del Observatorio de la Sostenibilidad. El acto, organizado junto al Gabinete de Historia Natural de la Universidad Complutense de Madrid y la Fundación Ciudadanía, fue mucho más que una presentación. Las organizaciones reunieron a un buen elenco de expertos y trabajadores de todos los ámbitos para intentar acotar el debate sobre qué entendemos por desarrollo sostenible en base a los objetivos de la Agenda 2030. 17 metas «para transformar nuestro mundo» que comprenden desde el fin de la pobreza hasta el cambio climático, pasando por la educación, la sanidad o las desigualdades, establecidos por Naciones Unidas en 2015.Varias fueron las conclusiones: es necesario desligar el desarrollo del crecimiento económico porque el planeta tiene límites, la esencia misma del término sostenible; vamos tarde y los esfuerzos no son los suficientes para llegar al fin último, la justicia social, aunque hay una «ventana de oportunidad», avances ilusionantes; y es preciso una visión holística, de conjunto y que integre a todos los agentes para realizar cambios de calado. Ante los brotes verdes, la realidad que viene a explicar el Observatorio es tozuda: España solo tiene una situación aceptable en tres de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, está en el vagón de cola de todas las estadísticas del continente y su situación es especialmente grave en los ítems Fin de la pobreza, Trabajo decente y Reducción de las desigualdades.
El Observatorio de la Sostenibilidad ha hecho un trabajo titánico, como el que realiza todos los años, para analizar el estado de la sostenibilidad en España en 2018 en base a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Analiza cientos de métricas y estadísticas de Eurostat y otras fuentes para realizar un análisis que, sin salirse de lo cuantitativo, ofrece una evaluación completa de cómo está España lejos de los indicadores económicos como único referente válido. El director de Proyectos del Observatorio de la Sostenibilidad, Carlos Alfonso, hizo un resumen este martes en el Ateneo de Madrid que no deja al país en buen lugar. «No hemos evolucionado en todos estos años«, afirmó, refiriéndose a las evaluaciones de 2016 y 2017 de los ODS en España del Observatorio, aunque la comparación es difícil por los cambios metodológicos. Los objetivos de pobreza, trabajo y desigualdad son especialmente preocupantes, ya que ponen a España al nivel de los peores en el ranking europeo –Bulgaria, Grecia, Rumanía– y no se percibe una mejora real en los últimos años a pesar de la recuperación de los datos macroeconómicos.
Por su parte, el director científico del OS, Santiago González, citó los que a su juicio eran los puntos flacos de España en la materia: «No hay un compromiso para la descarbonización», recordó, además de puntualizar que los recursos destinados a la ciencia, cuyo objetivo final es mejorar el estado de la sociedad, han disminuido drásticamente en los últimos años. «El panorama no es bueno y la tendencia es que va empeorando», aseguró, aunque considera que el nuevo Gobierno socialista conlleva «la ilusión de una apertura a posibles cambios» tras años de inacción del PP, con el desarrollo sostenible en un cajón de la cartera de Exteriores en vez de considerarse el eje transversal de todas las políticas. «Los ODS deben ser conductores de la política del Gobierno. Porque el planeta seguirá su curso, pero lo que cambiarán a peor será el estado de las especies vivas», afirmó González. Incluida la humana.
«No puede ser que guardemos silencio»
La jornada en el Ateneo fue inaugurada por Mayor Zaragoza, que ofreció una ponencia magistral, solo al nivel de los que han consagrado toda una vida profesional al servicio de la sostenibilidad en el planeta. Hizo un repaso de cómo hemos llegado a este momento: desde aquellas advertencias del Club de Roma, pasando por los avisos en los 70 de la comunidad científica de que las emisiones de gases de efecto invernadero iban a causar un daño irreparable y que el océano, principal sumidero de CO2, estaba viéndose afectado por la contaminación y perdiendo su potencial reparador. Y cómo las petroleras y las grandes corporaciones contrataron a pseudocientíficos para contrarrestar y decir que no, que podemos seguir consumiendo y quemando recursos a buen ritmo. «Que no reaccionaran los ciudadanos lo puedo entender. Pero que no reaccionaran los científicos, los artistas, las universidades…», lamentó. «Era una manera de proceder que está en contra de las perspectivas de las generaciones venideras».
Mayor Zaragoza hizo referencia a la carta de la Tierra y a los Objetivos de Desarrollo del Milenio –precedesores de los ODS–, iniciativas en pos de la sostenibilidad que no tuvieron suficiente eco y que cayeron en saco roto, para acabar con el negoacionista Trump y hacer una llamada a la movilización. «No puede ser que guardemos silencio (…) Hace falta una gran protesta. Hoy, ‘nosotros, los pueblos’, ya podemos expresarnos». Hagámoslo para confrontar a los enemigos del futuro de la especie, reivindicó el exdirector de la Unesco.
El siguiente turno fue para la jefa de Internacional de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Juana López, que aseguró que «hay una oportunidad de liderazgo a nivel internacional en las ciudades» en materia de desarrollo sostenible. Las razones: muchos de los alcaldes suelen tener una gran vocación de servicio público, el contacto con las necesidades y las prioridades de la ciudadanía es constante, y además «es mucho más fácil contagiar» el trabajo y las experiencias entre los distintos municipios para crear una red de trabajo. El vicepresidente de la plataforma del Tercer Sector, Carlos Susías, llamó por su parte a la movilización y a la presión a las instituciones de asociaciones y ONGS para que se cumpla la Agenda 2030.
En la senda del subdesarrollo
El director editorial de infoLibre, Jesús Maraña, fue el encargado de inaugurar y moderar una mesa redonda sobre cómo incluir la sostenibilidad en la toma de decisiones recordando que «los ODS son, en esencia, un manual pormenorizado de cómo hacer un mundo mejor». Dio paso a un abanico muy diverso de ponentes. Sin mucho en común, pero todos con plena conciencia de que el modelo actual es insostenible y que hay mucha tarea por delante. Entre ellos destacó la contundencia del mensaje de Luis Miguel Domínguez, histórico naturalista y presidente de la asociación Lobo Marley, que lamentó que en los ODS no se menciona ni una sola vez un concepto a su juicio importantísimo cuando hablamos de sostenibilidad: la biodiversidad. «No existe. La biodiversidad le da veinte vueltas al PIB y a la prima de riesgo» cuando hablamos de juzgar el desempeño de los Estados, dijo.
El miembro del Observatorio de la Sostenibilidad Ignacio Marinas protagonizó una de las advertencias más sonoras de la jornada al afirmar que España «está en una senda de subdesarrollo» si el cumplimiento de los ODS sigue a este ritmo. La diputada del PSOE Carlota Merchán, por su parte, afirmó que la Agenda 2030 es «profundamente socialdemócrata» y se congratuló de la moción de censura de su partido que ha permitido el cambio de Gobierno. Ante lo que Domínguez avisó: «A mí solo me va a valer un cambio constitucional que ponga en el centro la defensa de la naturaleza como cuestión de Estado». Y para el diputado de Podemos de la Asamblea de Madrid Eduardo Gutiérrez es vital cambiar de cabo a rabo un sistema económico basado en el consumo y en la satisfacción de deseos materiales. Es algo en lo que coinciden activistas y ecologistas que recuerdan que los recursos no son infinitos: hay que cambiar el paradigma de lo que es vivir bien o vivir mejor si se aspira a un verdadero viraje para cumplir los objetivos establecidos por la ONU.
Todos los participantes en la mesa coincidieron en que el nuevo Ejecutivo de Pedro Sánchez es una oportunidad para volver a poner estas 17 maneras de hacer un mundo más justo, equitativo, responsable ambientalmente hablando y con dignidad en el centro del tablero, aunque es pronto para sacar conclusiones de cuáles son las intenciones al respecto del Gobierno. Como Jesús Maraña comentó al finalizar el acto, la primera prueba de fuego, en la que podremos empezar a intuir por dónde van los tiros, será con el establecimiento del techo de gasto, que se discutirá en el Congreso en unas semanas.
El ejemplo de Extremadura
Extremadura estuvo muy presente en el acto de este martes en el Ateneo de Madrid. Contó con la presencia del director de la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional al Desarrollo, Ángel Calle, que explicó como el Ejecutivo socialista de Guillermo Fernández Vara pone a los ODS en el centro de las políticas. En la región, aseguró Calle, se hace «un esfuerzo serio que parte de la convicción de que esta va a ser la estrategia de las estrategias». El seguimiento de la aplicación de la sostenibilidad en todas las actuaciones del Gobierno extremeño se hace desde presidencia, incidiendo en todos los estamentos inferiores. Toda ley que propone el Gobierno autonómico, todo movimiento que realiza, debe pasarse antes por el filtro del desarrollo sostenible.
Además, otro de los participantes en la mesa redonda fue el coordinador de Acción Local de la Junta de Extremadura, Santos Jorna, que reivindicó la apuesta por los ODS desde el ámbito regional a pesar de que Extremadura, considera, ha sido históricamente maltratada: sin un tren digno, con una tasa alta de paro fruto, defiende, de que la industrialización no llegó a la zona, y con un histórico reparto desigual de las tierras. Pero las malas condiciones de partida no son excusa para no apostar por otra manera de hacer política, porque los ODS son ideología y son política: su discusión es una reivindicación de que empecemos a hablar, a discutir y a defender el modelo de futuro que queremos.