nuevatribuna.es, 23 de abril de 2021.
Las inversiones productivas modernizadoras y las reformas normativas e institucionales que impulsa la UE forman parte del armazón de un proyecto de país que, pese a ser una condición necesaria en la construcción del futuro, aún está pendiente de formular en España.
En mi anterior artículo de Nueva tribuna, “Ideología y realidad en el debate sobre la deuda pública”, señalaba el papel clave jugado por el Estado y los déficits públicos en las tareas de limitar los impactos destructivos de las crisis desatadas por la irrupción mundial de la covid-19 e impedir que la recesión se convirtiera en una gran depresión. Me detendré en esta nueva entrega en examinar dos grandes problemas relacionados con la gestión de las cuentas públicas que pueden bloquear, si no se encuentran soluciones razonables, la transformación del modelo productivo de la economía española y la marcha de la unidad europea: primero, qué opciones existen para la futura reducción de las altas deudas públicas de los países del sur de la eurozona; y segundo, qué reglas fiscales sustituirán a las que actualmente se encuentran suspendidas en la Unión Europea (UE).