Nueva Sociedad, marzo-abril de 2020.
La ola de protestas volvió a colocar en primer plano la concentración
del ingreso en América Latina. Más allá de que los indicadores
muestran una reducción de la desigualdad relativa, cuando se toman
en cuenta el retroceso en el bienestar producido a raíz del fin del
auge de las materias primas y las limitaciones de los indicadores de
la desigualdad comúnmente utilizados, la oleada de protestas como
rebelión frente a la desigualdad adquiere todo su sentido. Habría que
poner el foco en la construcción de indicadores de desigualdad que puedan
capturar mejor el descontento que surge de ella.