elDiario.es Cantabria, 5 de agosto de 2021.
Nos encontramos aprisionados entre la cleptocracia neoliberal que abomina de lo público y el wokismo identitario que abomina de lo común, entre la espada de lo privado y la pared de lo propio. El autoritarismo populista no puede aspirar, por activa o por pasiva, a mejores padrinos.
La recesión provocada por la burbuja financiera de 2008 está teniendo consecuencias profundas. Si en los años inmediatos hubo diferentes reacciones encaminadas a cuestionar la ideocracia neoliberal culpable de la crisis, a mediados de la década pasada un giro narrativo desde el plano vertical de las desigualdades al plano horizontal de las diferencias ha propiciado una eclosión de nacionalpopulismos.