infoLibre, 26 de marzo de 2022.
La época reciente ha aumentado la distancia entre privilegiados y precarios y sigue cuestionando el eslabón más venenoso de la economía: la distribución de la riqueza.
“El discurso de los economistas ha cambiado”, escriben dos de los más notables representantes vivos de este gremio, Olivier Blanchard (Instituto Tecnológico de Massachusetts) y Dani Rodrik (Harvard).
“Necesitamos”, dicen, “que el Gobierno desempeñe un papel directo más contundente para eliminar las brechas existentes en el nivel de vida”. Y concluyen que las desigualdades y las preocupaciones económicas que llevan aparejadas “han desempeñado un papel determinante en el auge de la extrema derecha”. Coinciden en algo que sentenció en el pasado el mítico juez del Tribunal Supremo de EEUU, Louis Brandeis: podemos tener democracia o podemos tener la riqueza concentrada en pocas manos, pero no podemos tener ambas cosas.