El Economista, 17 de noviembre de 2020.
Un sistema fiscal más progresivo, inversión en educación e
infraestructura y cobertura de salud universal son fundamentales
en EU, pero no alcanzan. Los buenos empleos para la clase media
empiezan a escasear y el Covid-19 profundizó la polarización en
los mercados de trabajo.
CAMBRIDGE (USA)– Cuando Joe Biden logró, no sin dificultades, una victoria en las
elecciones presidenciales estadounidenses después de varios días de suspenso, los
observadores de todo el mundo quedaron intrigados. Alentados por las encuestas,
muchos esperaban una victoria aplastante para los demócratas, en la que ese partido no
sólo se quedaría con la Casa Blanca, sino también con el Senado. ¿Cómo se las ingenió
Donald Trump para conservar el apoyo de tantos estadounidenses -con una cantidad de
votos incluso mayor que cuatro años antes- a pesar de sus ostensibles mentiras, evidente
corrupción y desastrosa gestión de la pandemia?