elDiario.es, 25 de enero de 2021.
Establecer o legitimar excepciones a la democracia en otras naciones conlleva el riesgo de terminar asumiendo dinámicas similares en territorios propios.
Las revueltas de Túnez y Egipto marcaron el inicio de una oleada de protestas en varios países de la región hace ahora diez años. Desde Europa miles de jóvenes observaron cómo tunecinos y egipcios tomaban plazas, rompían las líneas policiales defensivas, conquistaban espacios al grito de ‘pan, libertad y justicia social’.
Viví aquellos acontecimientos únicos desde Egipto, donde se produjo el despertar de una generación. «Aquello cambió nuestras vidas para siempre», escribía este lunes, décimo aniversario del inicio de la revolución egipcia, el periodista y activista egipcio Simon Hanna.