elDiario.es/euskadi, 24 de julio de 2022.
Para resolver muchos conflictos bastaría consultar, con las garantías precisas, al grupo social afectado. Es evidente a nivel político, aunque cuesta aplicarlo. Lo mismo ocurre en el ámbito sindical, incluso cuando se trata de aprobar o rechazar determinadas condiciones laborales. Sorprende que quienes reclaman el derecho a decidir en el espacio territorial sean tan reacios a implantarlo en los lugares de trabajo. Ocurrió en Tubacex, se ha repetido en Mercedes-Benz.