EL INDEPENDIENTE, 25 de Febrero de 2024.
Condenados a sobrevivir en celdas donde el hacinamiento y la insalubridad campan a sus anchas. Con las visitas de familiares reducidas a quince minutos cada dos semanas y sometidos a torturas físicas y psíquicas. Es el calvario diario que padecen decenas de presos políticos en Marruecos, desde activistas rifeños y saharauis a periodistas críticos con el régimen alauí. Una realidad de violaciones y corrupción alejada de los pasillos palaciegos que transitaron esta semana Pedro Sánchez y su comitiva en busca de la hasta ahora esquiva fotografía con el rey Mohamed VI. El presidente del Gobierno llegó a declarar que “no tiene nada que reprocharle” al régimen.