Osalde, agosto de 2019.
La respuesta es no. En este brote masivo, los dos máximos responsables han fallado: La
industria alimentaria (empresa Magrudis de Sevilla, productos “La Mechá”) y la
Administración (Consejería de Salud de la Comunidad Andaluza y Ministerio de Sanidad).
El pasado mes de junio, la Agencia Europea de Sanidad Alimentaria advertía del
incremento de listeriosis, en esa ocasión por salmón ahumado. Especialmente las carnes y
los lácteos, aunque también otros alimentos con menor frecuencia pueden contaminarse por
Listeria monocytogenes, una bacteria de origen animal que ocasionalmente infecta al ser
humano. En España, tercer país europeo en número de casos, se dan unos 200 casos anuales
en forma de casos aislados o pequeños brotes controlados, pero no se han conocido brotes
con la magnitud del presente, con más de 200 casos confirmados de momento, decenas de
hospitalizaciones, embarazadas afectadas, casos graves de enfermedad invasiva y dos
fallecimientos. Estamos pues ante una grave alarma epidemiológica nacional y quizás
internacional que exige un tratamiento excepcional, pues resulta expresiva de la seguridad
alimentaria, de la eficacia del sistema de control de los alimentos de origen animal
procesados industrialmente que pueden suponer un importante riesgo para la salud y la vida
de la población. Situación que exige una rigurosa investigación libre de prejuicios e
intereses comerciales o políticos en evitación de otros casos que, de persistir el estado de
cosas, tarde o temprano seguirán produciéndose.