La Prensa (Managua), 2 de abril de 2020.
El personaje del cuento Una historia aburrida, de Antón Chéjov, ostenta el alto rango
de consejero privado en la nomenclatura imperial, y todas las condecoraciones
deseables. Se trata de un anciano de sesenta años de edad.
Todavía a inicios del siglo pasado, el que llegaba a los cuarenta años se dejaba crecer la
barba, y olvidaba impulsos y ardores juveniles. Ya no se diga una mujer que a los
treinta no se hubiera casado, era declarada oficialmente solterona.
Una de las grandes proclamas humanitarias de la civilización moderna ha sido la
conquista de altos índices de longevidad. En Estados Unidos la esperanza de vida en
1900 era de 47 años, cuando hoy es de ochenta. En medio siglo, aún América Latina ha
ganado 25 años en expectativa promedio de vida, para situarse en 75 años.