Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.
El País, 2 de mayo de 2020.
Es preciso preguntarse si reabrir la economía significa retornar a un
sistema que ha dividido a la sociedad desde hace 40 años o dotarnos
de un discurso que permita una renovación cívica y moral.
La pandemia está sirviendo para cambiar nuestra percepción de la misión económica y
social de todos. Para afrontar la pandemia y —cuando la superemos— reconstruir una
economía en añicos, vamos a necesitar, además de pericia médica y económica, una
renovación moral y política. Debemos hacernos una pregunta fundamental que llevamos
mucho tiempo eludiendo: ¿qué obligaciones tenemos unos con otros como ciudadanos?
En plena pandemia, esa pregunta es más urgente y se refiere a la sanidad: ¿deben tener
todos acceso a la atención médica, puedan o no pagarla? Trump ha decidido que el
Gobierno federal pague el tratamiento del coronavirus a las personas sin seguro. No está
claro que sea posible conciliar la lógica moral de esta política con la idea habitual de dejar
la atención sanitaria en manos del mercado.