nuevatribuna.es, 3 de julio de 2018
Para describir lo sucedido en la última cumbre europea bastaría, por ejemplo, con decir
que los líderes europeos reunidos en Bruselas los pasados días 28 y 29 de junio no han
sido capaces de alcanzar ningún tipo de acuerdo ni tienen nada que ofrecer, ninguna
solución o, al menos, promesa de solución, para mejorar el funcionamiento de la
eurozona. Tampoco, en la tarea de gestionar con cierta humanidad, no ya con los
criterios de solidaridad y compasión que deberían exigirse, el rescate en aguas
internacionales de seres humanos aterrorizados que buscan refugio, asilo o una ayuda
mínima que les permita sobrevivir en territorio europeo.