Rebelión, 9 de marzo de 2022.
Desde hace tiempo, muchos se preguntan por qué existe una difusa simpatía hacia Vladímir Vladimírovich Putin en figuras políticas e intelectuales de las izquierdas latinoamericanas (también más allá, pero abordarlas requiere matices que están más allá de la necesidad de síntesis de esta suerte de columna/post).
Hace poco, un famoso intelectual de izquierda posteaba que las declaraciones de Putin en las que explicaba las razones del conflicto (en las cuales acusaba a la OTAN por su expansionismo y culpaba a Lenin de la existencia de una Ucrania independiente) eran “brillantes”, y esa brillantez contrastaba con la mediocridad de Biden. Lo seguían decenas de comentarios aprobatorios. Ese mismo referente intelectual, recomendó, para entender qué ocurre en verdad en Rusia/Ucrania, no mirar a los mentirosos medios occidentales, sino a Telesur (cadena dirigida desde Caracas), HispanTV (desde Teherán) y RT (desde Moscú). Ni siquiera dijo que había que verlos para escuchar “la otra campana”, sino directamente para conocer la verdad.