El País, 2 de junio de 2020.
Lo que a algunos puede parecer un disparate y a otros una imprudencia es el objetivo de
este comentario: hablar bien del Gobierno Sánchez-Iglesias en este momento preciso.
Parecerá un disparate a quienes desde el primer día decidieron que no convenía a sus
intereses y que por consiguiente aprovecharían cualquier motivo para atacarlo y
desautorizarlo. Y puede parecer una imprudencia a quienes lo aceptaron con poco o ningún
entusiasmo y por descarte de otras opciones.