CEAR, 2022.
Presentamos nuestro vigésimo Informe anual. Y lo hacemos todavía consternados por la invasión rusa de Ucrania que ha supuesto el mayor éxodo forzado de población en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Las cifras de desplazamiento forzado a nivel global siguen superando todos los registros previos. Así, a mediados de 2021, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), 85,8 millones de personas habían abandonado sus hogares debido a la persecución, las violaciones de los derechos humanos y las guerras. Un año más, nuestro análisis se detiene en Siria o Afganistán, como dos de las situaciones de larga duración desde donde millones de personas se han visto obligadas a desplazarse, dentro o fuera de sus fronteras. Muchas han encontrado serias dificultades para acceder a la protección internacional siendo la mayoría acogidas en países limítrofes con limitadas capacidades. Venezuela, Colombia o Etiopía son países mencionados también en el primer capítulo en el que, además, este año, ofrecemos un análisis sobre el desplazamiento forzado por motivos climáticos y medioambientales. Esta cuestión está llamada a cobrar cada vez más importancia en las agendas internacionales, teniendo en cuenta que para mediados de siglo se estima que las personas que migren por estos motivos puedan superar los 250 millones.