El Confidencial, 21 de junio de 2020.
La puesta en marcha de una ‘Foresight Unit’ por parte del Gobierno español es una buena noticia. Estos son sus objetivos, composición, proyectos, fortalezas y debilidades.
Es sorprendente la animadversión que se tiene contra el largo plazo en nuestro país. En cualquier empresa o institución pública, las iniciativas en esa dirección son percibidas desde el desdén o la futilidad, como si fueran baldías, inocuas o, peor todavía, un instrumento encubierto que busca un objetivo no confesado. La creación de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia del País a largo plazo, una iniciativa promovida por Iván Redondo, ha sido interpretada desde esa perspectiva, y su anuncio ha suscitado desconfianza o desinterés.