(Abril de 2019).
En una reciente entrevista concedida a un diario español, el referente del nacional-populismo moderno, Steve Bannon, describe así la estrategia de implantación de su movimiento: “Los detalles cambian en cada país, pero la filosofía es la misma: llevar la toma de decisiones cerca de la gente, soberanismo, seguridad y economía. (….) A eso lo llamo colocar el producto”.
Bannon delinea con estas palabras la lógica que está en la base del exitoso modelo de expansión de su movimiento y que nosotros hemos definido como la Franquicia Antimigración.
La Real Academia Española describe una franquicia como la “concesión de derechos de explotación de un producto, actividad o nombre comercial, otorgada por una empresa a una o varias personas en una zona determinada”. Una práctica que permite llevar a escala un negocio diseñado de manera centralizada por el franquiciador y adaptado por los franquiciados para su comercialización en mercados diversos. El producto, en este caso, es una ideología. Y su influencia en el imaginario político contemporáneo se ha convertido en uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo.