infoLibre, 26 de noviembre de 2023.
Si en el siglo XIX fue el carbón y en el XX el petróleo, ahora les toca al litio, al cobalto o al níquel, citando tres de las llamadas «materias primas críticas». En realidad, son más: 34, según la última revisión de la UE. Y lo valen todo, lo significan todo. Son las nuevas tierras prometidas, esenciales para la defensa, para los sectores aeronáutico y espacial. Para el ordenador desde el que escribo estas líneas. Para el teléfono que me desconcentra cada diez minutos y para la televisión puesta de fondo. Las materias primas críticas son básicas –en primer plano– para nuestro día a día y –en un plano general– para cualquier diseño económico de futuro. Y son indispensables, en cantidades extraordinarias, para que la UE cumpla su compromiso de alcanzar la «neutralidad climática», con economías en las que los gases nocivos emitidos a la atmósfera no superen la capacidad de absorción del planeta. Un desafío de época.