LE GRAND CONTINENT, 28 de Marzo de 2025.
Legitimistas, bonapartistas, orleanistas o, para no
ceñirnos sólo a Francia: tradicionalistas, cesaristas
y liberales —según Olivier Roy, entre santo Tomás y
Silicon Valley, el trumpismo está cristalizando un
nuevo canon—.
Desde el libro de James Hunter sobre las «guerras culturales», sabemos que la cuestión de los valores ha estado en el centro de las movilizaciones políticas en Estados Unidos. Según la influyente tesis de este sociólogo estadounidense, los fundamentalistas protestantes y los católicos conservadores unieron sus fuerzas a partir de la década de 1970 para desafiar la hegemonía progresista en la cultura estadounidense. Desde entonces, se han enfrentado dos bandos: por un lado, los «ortodoxos», para quienes ; la verdad moral es estática, universal y confirmada por lo divino; por otro, los «progresistas», que consideran que la verdad moral es evolutiva y estrictamente contextual.