(El Correo, 11 de marzo de 2019).
Hace un siglo, el 11 de marzo de 1919, dos años después de la revolución rusa, reinando
Alfonso XIII, un gobierno presidido por el terrateniente Conde de Romanones decretó
el Retiro Obrero Obligatorio. El 3 de abril del mismo año se estableció la jornada
laboral de 8 horas. Fueron los primeros logros de la clase trabajadora para acabar con
una explotación despiadada y poder sobrevivir al dejar de trabajar. Con el objetivo de
no morir de agotamiento y de hambre al llegar a la vejez, comenzaba la conquista de los
derechos sociales. Ambos proyectos los elaboró el Instituto Nacional de Previsión
(INP), organismo creado en 1908 para abordar los conflictos sociales. Recordemos en
qué consistía aquél modelo de pensiones.