elperiodico.com, 06 de septiembre de 2018
Durante las sesiones parlamentarias de los días 6 y 7 septiembre del año pasado, a pesar
de nuestras advertencias, se traspasaron líneas rojas que rompieron en dos el Parlament
de Catalunya, dividieron a la sociedad catalana y abrieron el camino al desastre político
más relevante tras la aprobación de la Constitución y del Estatut. No es de extrañar que
algunos autores, como Daniel Gascón o Pau Luque, lo denominen “golpe
posmoderno”.
La mayoría parlamentaria independentista se sirvió de una interpretación absolutamente
forzada del artículo 81.3 del Reglamento del Parlament para crear ad hoc un
procedimiento exprés para aprobar las llamadas “leyes de desconexión” (los textos que
llevaban por título “ley del referéndum de autodeterminación de Catalunya” y “ley de
transitoriedad jurídica y fundacional de la república”), contra el criterio de los servicios
jurídicos del Parlament y del Consell de Garanties Estatutàries, abusando de la mayoría
independentista de la Mesa del Parlament.