naiz, 5 de mayo de 2005.
Dulce et decorum est pro patria mori decía el poeta latino Horacio. La hipocresía de ese
«dulce y honroso es morir por la patria» la denunciaba Robert Owen en su poema The Old
Lie (La vieja mentira) antes de morir él mismo en las trincheras de la Gran Guerra.
Además, el reverso de ese morir por la patria ha sido históricamente el comprometido matar
por la patria, y esa constatación nos lleva directamente a nuestro tema, la serie televisiva
“La línea invisible”, recientemente emitida y que ha provocado un notable debate. La serie
dirigida por Mariano Barroso consta de seis capítulos y cuenta con un excelente plantel de
actores y actrices fundamentalmente catalanes y vascos. Recrea los primeros años de la
historia de ETA y, más en concreto, las primeras muertes sobresalientes de esa historia, las
del militante de ETA Txabi Etxebarrieta y el guardia civil José Antonio Pardines en junio
de 1969, y la del policía y conocido torturador Melitón Manzanas unas semanas después.