Alternativas Económicas, febrero de 2024.
La hiperglobalización ha muerto, sin que sepamos aún qué vendrá a sustituirla. Sin embargo, pese al pesimismo imperante, no hay que descartar que de sus cenizas pueda emerger una globalización mejor*.
Un orden económico mundial estable y próspero requiere que logremos un mayor equilibrio entre las prerrogativas del Estado-nación y las exigencias de una economía abierta. Este es el reajuste que puede hacer posible una prosperidad inclusiva en el plano local, acompañada de paz y seguridad a nivel internacional.
Para lograr este objetivo hay, no obstante, dos prerrequisitos fundamentales.