El País, 20 de septiembre de 2023.
Paradigma de la evolución de un sector de la izquierda ‘abertzale’ desde la lucha antifranquista hasta la defensa de la democracia, la actual Euskadi tiene poco que ver con la que le tocó vivir, pero mucho con aquella por la que luchó.
Mario Onaindia pasará a la historia como pionero en desactivar a ETA. Siendo secretario general de Euskadiko Ezkerra (EE), fue el primer político en lograr el final de una rama de ETA, la político-militar, tras un acuerdo de paz por presos con Juan José Rosón, ministro del Interior del Gobierno de la UCD. Sucedió en 1982 y, pese a no arrastrar a la rama militar, los asesinatos se redujeron a la mitad y abrió la vía de la reinserción. Pero también pasará a la historia vasca como paradigma de la evolución de un sector de la izquierda abertzale, comprometido con la lucha antifranquista, hasta su asunción consecuente de la democracia en una Euskadi atormentada por el terrorismo. Onaindia lo encarnó mejor que nadie al transitar de condenado a muerte como líder de ETA en el proceso de Burgos de 1970 a vivir amenazado por la misma sigla, tres décadas después, por denunciar su totalitarismo.