nuevatribuna.es, 7 de septiembre de 2020.
Acabaron las extrañas vacaciones de 2020 y comienza la paulatina vuelta a clase de 8,2 millones de estudiantes no universitarios (y más de 700 mil docentes), sin que las lecciones ofrecidas por la pandemia hayan servido de mucho. El sistema educativo, el madrileño especialmente, no está preparado para abrir las aulas ni podrá cumplir las muchas y valiosas tareas que la sociedad demanda a la educación pública. Madrid es el mejor ejemplo de cómo los recortes y las políticas neoliberales han ido de la mano de la corrupción y la incompetencia. El resultado es conocido: deterioro y mala calidad del sistema educativo que acaban afectando a la formación de las nuevas generaciones y a la cualificación laboral de la población activa y actúa como freno de las reformas económicas, al tiempo que reduce las oportunidades y daña las expectativas de amplias capas sociales, mientras se amplían los negocios parasitarios que se nutren del presupuesto público.