El País, 4 de febrero de 2023.
Los conflictos armados, el cambio climático y el encarecimiento de los insumos ejercen gran presión sobre la cadena alimentaria.
Cuando haya terminado de leer las líneas de este párrafo, al menos 10 personas en el mundo habrán muerto de una de las causas más crueles que nos hayamos permitido nunca: de hambre. Porque cada 4,25 segundos, según el cálculo de 238 organizaciones humanitarias en 2022, alguien pierde la vida por la falta de alimentos. En pleno siglo XXI —el de mayor desarrollo tecnológico que jamás hayamos visto, en el que hemos enseñado a las máquinas a hablar, en el que se ha descubierto la existencia de agua en Marte, en el cual hemos podido observar planetas gigantes fuera de nuestro sistema solar—, aún no hemos dado con la tecla para evitar que millones de seres humanos se vayan a la cama con el estómago vacío.