elDiario.es -Ciencia crítica-, 11 de febrero de 2023.
En lugar de juzgar lo que ocurre en otros lugares del mundo desde la autocomplacencia de quienes creen habitar un rico jardín, deberíamos tomar nota de cuáles son los mecanismos que sigue el terror para engendrar monstruos.
El 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, dedicado a impulsar el acceso y la participación en la ciencia, la tecnología y la innovación de mujeres y niñas de todas las edades en plenas condiciones de igualdad, un paso imprescindible para lograr la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres desde su infancia. La declaración de este día por parte de Naciones Unidas en 2015 supuso la culminación de un siglo de enormes avances en los derechos de la mujer que, aun así, han seguido siendo insuficientes para garantizar la plena igualdad de derechos y oportunidades. Por desgracia, estos avances han ido acompañados de traumáticos retrocesos que nos recuerdan lo fácil que es volver a perderlos: en 2022 veinte millones de mujeres y niñas han sido expulsadas de las aulas en Afganistán. Les ha sido arrebatado su derecho fundamental a la educación. Les han cerrado de golpe esa ventana a la libertad que supone un libro para quienes viven en cautiverio. Este 11 de febrero no hay nada que celebrar, y sí mucho que reflexionar.