La Bagatela (Periódico del Partido del Trabajo de Colombia), 30 de agosto de 2019.
No es buena noticia el anuncio del retorno a la lucha armada por un sector de la
dirigencia de las Farc que había aprobado los acuerdos de paz. Quiéranlo o no, y en eso
reside su gravedad, lleva agua al molino de los enemigos de la paz de Colombia.
Nunca insistiremos lo suficiente en denunciar la perversa estrategia de engaño y
tergiversación del gobierno Uribe-Duque sobre los acuerdos de paz y su
implementación, que encubre su saboteo calculado y sistemático a ambos, así como la
cruzada contra la JEP y la matanza de líderes sociales y exintegrantes de las Farc
acogidos a dichos acuerdos ─que ya reviste proporciones de exterminio─ ante la
completa e injustificable desprotección oficial. Pero por más que indigne la repudiada
estrategia oficial, el anuncio del retorno a las armas abona el terreno del uribismo
gobernante en su intento de convencer a una opinión pública confundida y timorata de
que se requiere una política de tierra arrasada frente a todo asomo democrático y
progresista.