El País, 26 de febrero de 2022.
Al negar la existencia de un Estado independiente, el líder ruso difunde un sentimiento imperialista que le sirve de argumento justificativo para sus obsesiones revanchistas.
A Vladímir V. Putin le gusta mucho apelar a la historia como máxima autoridad para “comprender el presente y mirar hacia el futuro”. Lo que hace Putin, en realidad, es invocar una historia fabricada y distorsionada, una serie de mitos generados sobre el pasado.
Lo ha dejado muy claro en diferentes escritos, discursos y declaraciones: Ucrania no tiene ningún derecho histórico a ser independiente: “La Ucrania moderna fue creada en su totalidad por Rusia o, para ser más precisos, por la Rusia bolchevique y comunista”.