Galde, 43, invierno de 2024.
La política vasconavarra ha entrado en un proceso de cambio histórico que sorprende por su rapidez y que viene marcado sobre todo por la llegada de un tiempo nuevo y de un trasfondo de relevo generacional. Las próximas elecciones autonómicas vascas -que se van a adelantar previsiblemente al primer domingo después de la Semana Santa- serán un primer test revelador de ese cambio de paradigma que se ha ido operando en los últimos años, acelerado por el fin de ETA y la implicación de la izquierda abertzale histórica en el juego político democrático.