El País, 30 de enero de 2020.
El desarrollo de las tecnologías fotovoltaica y eólica supondrá unos
costes de producción cada vez menores. Pero el dominio del mercado
por parte de cinco grupos implica incertidumbre para el cambio
energético.
A la espera del rumbo que adopte el nuevo Gobierno, el panorama del sistema eléctrico
presenta varios aspectos positivos. El breve Gobierno del PSOE emprendió un buen
número de medidas concretas, apuntó otras de medio alcance y elaboró tres propuestas (Ley
sobre Cambio Climático y Transición Energética, Plan Nacional Integrado de Energía y
Clima, y Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética) que esbozan una estrategia
orientada a potenciar las energías renovables, avanzar en la descarbonización del sistema y
eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero. Por su parte, las grandes compañías
eléctricas han acortado los plazos de cierre de las plantas de carbón (con los subsiguientes
problemas laborales y territoriales) e intensifican sus inversiones en fotovoltaica y otras
energías renovables. Además, cada vez se hace más patente la sensibilización social contra
el cambio climático y abundan las acciones prácticas que apuestan por las energías
renovables.