Diario de Noticias de Navarra, 9 de septiembre de 2023.
A qué estamos dispuestos a renunciar para lograr pasar de un momento de violencia a un contexto de paz es una pregunta razonable que se ha planteado en muchos lugares y en muchas épocas. Ante la necesidad de cerrar heridas no es fácil acertar.
El olvido, que a menudo se equipara con el deseo de normalidad, es una idea que socialmente tiene aceptación. Considerar que remover el pasado es negativo resulta común en nuestras sociedades. Por eso, precisamente, el modelo de transición española tuvo tanto éxito sociológico: en buena medida se defendió la idea de que la reconciliación se podía culminar sin bucear en las heridas.