(Tribuna Socialista, 12, mayo de 2019).
Estamos asistiendo a una dura pugna por el liderazgo de una derecha que por primera
vez desde 1982 aparece claramente fragmentada. Se atacan mutuamente mediante
palabras y descalificaciones, sin una diferenciación política que pueda ser identificable
por la ciudadanía. Por un lado Vox intenta liderar el ranking de las astracanadas vetustas
que beben de la Historia de España de los manuales franquistas, del catecismo del padre
Ripalda y de las pautas del comportamiento de la mujer dictadas por Pilar Primo de
Rivera. Aunque en este terreno de las declaraciones ridículas tienen una durísima
competencia por el top del ranking con los dos fichajes estrellas del PP: Cayetana
Álvarez de Toledo e Isabel Díaz Ayuso, que nos están dando auténticos días de gloria.
Pero más allá de este gusto por los “numeritos vintage” pueden y desean gobernar
juntos porque tienen un programa común en las cuestiones centrales que afectan a la
vida de las clases populares, su objetivo central: continuar con la transferencia de rentas
de la mayoría de la población a la minoría de los más ricos.