The New York Times, 15 de mayo de 2022.
Kevin Thompson pensó que dirigiría la iglesia de su ciudad natal por el resto de su vida. Luego llegó Trump y todo lo demás.
FORT SMITH, Arkansas — En el otoño de 2020, el pastor Kevin Thompson dio un sermón sobre la dulzura de Dios. En algún momento, hizo una breve comparación entre un Dios amoroso y al alcance y las celebridades distantes e inalcanzables. Sin recurrir a apuntes y con la Biblia en la mano, dio algunos ejemplos simples: Oprah, Jay-Z, Tom Hanks.
Puesto que la iglesia apenas abría de nuevo para sus servicios religiosos presenciales, el pastor no supo cómo fue recibido su sermón. La asistencia fue escasa y era difícil percibir si sus bromas tenían algún efecto, o si su congregación —compuesta por grupos familiares que estaban separados por tres asientos y otras personas que lo veían por internet— seguía atenta.
Así que le sorprendió cuando dos miembros de la iglesia manifestaron su inquietud por la breve referencia que hizo el pastor sobre Hanks. Una joven le mandó un mensaje de texto muy preocupada; otra persona insinuó que la referencia a Hanks era una prueba de que a Thompson no le importaba el tema del tráfico sexual. El pastor pronto se percató de que esos temores eran producto de la extendida teoría conspirativa de QAnon, la cual afirma que esa estrella de cine forma parte de una red de pedófilos de Hollywood.