(nuevatribuna.es, 20 de abril de 2019).
Elecciones muy abiertas, puede pasar de todo, unos pocos votos pueden decidir entre
pasado y futuro, nos lo jugamos todo… Antes, incluso, de comenzar la campaña
electoral oficial ya nos habíamos cansado de escuchar y leer esas u otras frases
parecidas que tienen la intención de animar a la ciudadanía a ir a votar el próximo 28 de
abril. Estamos en los metros finales de la campaña electoral y parece que esa intención
ha dado en el blanco: la abstención se ha reducido y todo apunta a una notable
participación. Sin embargo, abundan las dudas sobre a quién votar, sin que puedan
diferenciarse claramente esas dudas del voto oculto.
La polarización de las propuestas y las posturas, el pacto de las tres derechas tras las
elecciones autonómicas andaluzas y el parecido nivel de votos entre izquierdas y
derechas aumentan la importancia de cada voto, por su capacidad para definir un antes y
un después en el próximo futuro de España, y revalorizan la importancia del voto
indeciso, ya que muy pocos votos pueden llegar a ser decisivos.