(El País, 21 de abril de 2019).
Uno de los fenómenos políticos más importantes de los últimos años es la descomposición de la derecha española. El PP, que durante largo tiempo había sido un partido de lealtades férreas, ha sufrido desde la entrada de Rajoy en La Moncloa un proceso de descomposición electoral lento pero imparable. Los escándalos de corrupción en tiempos de recesión económica se hicieron indigeribles para no pocos votantes conservadores. Después vino el conflicto en Cataluña, generando dudas sobre la respuesta del Gobierno, para algunos demasiado tibia.