eldiario.es, 18 de noviembre de 2022.
Qatar se ha gastado 200.000 millones de dólares para preparar el Mundial en un intento de conseguir más “poder blando” que no ha logrado esconder las investigaciones de sobornos, las muertes de trabajadores migrantes y sus leyes represivas de los derechos LGTBI, las mujeres y la libertad de prensa.
“Los supervisores nos pegaban frente a otros trabajadores para presionarnos y para que trabajáramos más rápido. Este abuso físico nunca se abordó. Se podía denunciar, pero no pasaba nada porque los que lo hacían eran nuestros supervisores”, cuenta un trabajador migrante de Kenia empleado para levantar el icónico Estadio de Lusail, que albergará la final del Mundial que arranca este domingo en Qatar.