Project Syndicate, 7 de septiembre de 2021.
NUEVA YORK – El aumento de casos, hospitalizaciones y muertes de COVID-19 en los Estados Unidos sirve como un amargo recordatorio de que la pandemia no ha terminado. La economía mundial no volverá a la normalidad hasta que la enfermedad esté bajo control en todas partes.
Pero el caso de Estados Unidos es una verdadera tragedia, porque lo que está sucediendo actualmente aquí es muy innecesario. Mientras que aquellos en los mercados emergentes y los países en desarrollo anhelan recibir la vacuna (y muchos mueren porque no pueden obtenerla), el suministro de EE. UU. es lo suficientemente amplio como para proporcionar una dosis doble, y ahora una inyección de refuerzo, a todos en el país. Y si casi todo el mundo se vacunara, es casi seguro que el COVID-19 simplemente “desaparecería”, como lo expresó memorablemente el ex presidente Donald Trump.